Sensaciones
Lo que a ella le faltaba era ilusión, la cuál había sentido por pocas cosas en su vida, pero un día, de repente, surgió de nuevo. Se sentía animada, a nada le decía que no, y estaba dispuesta a todo para no decaer y que esa sensación de euforia que salió de la nada no se esfumara, como de costumbre. Decidió que quería reír, que quería bailar hasta no poder más y que no iba a rechazar ninguna idea loca, ya que eran las únicas que le venían a la cabeza y las que más ilusión le hacían.
Le fue mucho mejor. Se enfocó en vivir su vida y los problemas que se le presentaban, y los que seguían ahí, quedaron en un segundo plano, se podían resolver solos.
Era una nueva versión de sí misma, una versión que le encantaba y la que juró que permanecería, al fin y al cabo, tenía la sensación de poder hacer lo que quisiera y de ser la persona que le diera la gana de ser, y no la que todo el mundo que la conocía se esperaba que fuera.
Que le den por culo a todo. Era su frase favorita. A algunos les parecía insensible y descarada, otros pensaban que se había vuelto loca del todo, y ella, que nunca en su vida lo había tenido nada claro, se dio cuenta del tipo de persona que era.
Se había sentido engañada, sobretodo por ella misma, era una persona fuerte y con un carácter increíble, lo contrario a lo que dio a ver. Un día se dio cuenta de que por fin encontró lo que tanto había estado buscando, a ella misma. En ese momento alcanzó un estado de felicidad máxima, estaba cansada de buscarse, de desanimarse y de intentarlo otra vez, y antes de rendirse por completo se encontró. No iba a ser más una persona desganada y siempre triste, iba a ser la persona animada que había sido toda su vida, pero que estaba reprimida. En ese momento se sintió más aliviada que nunca, se acabó su estado de espera y se acabaron todos sus males. Le daba igual a quién podía desagradar con su nueva actitud, y le daba igual todo lo que no tenía nada que ver con su felicidad, siempre mirando por los demás y nunca por ella, llevando consigo malos recuerdos y situaciones por las que no tenía que pasar y que sólo la hundían más de lo que ya estaba.
Desaparecieron las malas sensaciones para dar paso a las buenas, que le parecían y le resultaban toda una novedad.
Y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que lo mejor aún estaba por llegar, que daba igual cuántos palos le diera la vida, que lo único que importaba era cómo iba a afrontarlos, con una sonrisa en el rostro y una palmadita en la espalda.
-Anxe Moledo
I just ride.
Le fue mucho mejor. Se enfocó en vivir su vida y los problemas que se le presentaban, y los que seguían ahí, quedaron en un segundo plano, se podían resolver solos.
Era una nueva versión de sí misma, una versión que le encantaba y la que juró que permanecería, al fin y al cabo, tenía la sensación de poder hacer lo que quisiera y de ser la persona que le diera la gana de ser, y no la que todo el mundo que la conocía se esperaba que fuera.
Que le den por culo a todo. Era su frase favorita. A algunos les parecía insensible y descarada, otros pensaban que se había vuelto loca del todo, y ella, que nunca en su vida lo había tenido nada claro, se dio cuenta del tipo de persona que era.
Se había sentido engañada, sobretodo por ella misma, era una persona fuerte y con un carácter increíble, lo contrario a lo que dio a ver. Un día se dio cuenta de que por fin encontró lo que tanto había estado buscando, a ella misma. En ese momento alcanzó un estado de felicidad máxima, estaba cansada de buscarse, de desanimarse y de intentarlo otra vez, y antes de rendirse por completo se encontró. No iba a ser más una persona desganada y siempre triste, iba a ser la persona animada que había sido toda su vida, pero que estaba reprimida. En ese momento se sintió más aliviada que nunca, se acabó su estado de espera y se acabaron todos sus males. Le daba igual a quién podía desagradar con su nueva actitud, y le daba igual todo lo que no tenía nada que ver con su felicidad, siempre mirando por los demás y nunca por ella, llevando consigo malos recuerdos y situaciones por las que no tenía que pasar y que sólo la hundían más de lo que ya estaba.
Desaparecieron las malas sensaciones para dar paso a las buenas, que le parecían y le resultaban toda una novedad.
Y fue en ese momento cuando se dio cuenta de que lo mejor aún estaba por llegar, que daba igual cuántos palos le diera la vida, que lo único que importaba era cómo iba a afrontarlos, con una sonrisa en el rostro y una palmadita en la espalda.
-Anxe Moledo
I just ride.
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